El patio no es un patio cualquiera, es un lugar de encuentro, es un escenario dónde se ponen en juego los sueños de pequeños y mayores, es un campo de batalla donde se compite cuerpo a cuerpo, es una lección de vida dónde a veces se gana y a veces se aprende y si tienes suerte y estas ese día muy atento, hasta te pueden suceder las dos cosas a la vez. Y por todo ello el patio es tan importante en el colegio María Auxiliadora y por ello es tan importante el centro juvenil de este colegio en este colegio.
Nosotros, los monitores del AJB
lo sabemos y lo transmitimos así, porque así nos lo han transmitido nuestros
profesores, directores, salesianas, monitores, administrativos, mantenimiento y limpieza y
todas aquellas personas pertenecientes a esta comunidad educativa. Comunidad educativa que ha trabajado y
trabaja día a día con profesionalidad y con corazón. Si no lo has adivinado, te
cuento el segundo secreto: Sí, es que muchos de nosotros, hemos crecido con
estos patios, con estas aulas, con estos profesionales, con estos corazones.
AJB somos un centro juvenil, una asociación, un lugar, una parte de este colegio, pero sobre todo somos personas. Personas que se forman cada día, que investigan, buscan, provocan preguntas a pequeños y mayores y se provocan preguntas para continuar en este patio haciendo lo que hacemos, acompañar personas con corazón.
Lo sabemos porque además de lo
que nos han contado, lo que hemos vivido y lo que nos hemos formado y formamos. La mayoría de nosotros hemos vivido en estos patios y hemos
crecido en ellos y seguimos creciendo con ellos.
Hemos crecido en ese teatro dónde
ahora los monitores que forman parte del centro juvenil AJB ponemos nuestros
sueños en manos de los niños que vienen cada fin de semana para ser y
pertenecer a algo más grande, para formar parte de obras teatrales, festivales
y encuentros de artes escénicas.


Hemos crecido en ese pabellón
polideportivo y en ese entresijo de pasillos y escaleras dónde ahora jugamos a
soñar castillos imposibles, pasadizos escurridizos y secretos compartidos.





Hemos crecido, y crecemos
aprendiendo de nosotros mismos, haciéndonos responsables de nuestras fortalezas
y de nuestros fallos. Y permanecemos porque forma parte de nosotros, porque somos
familia. Y aunque parece difícil de explicar, en el colegio María Auxiliadora de Zaragoza, es fácil de
sentir.


Lo decimos los que hemos crecido
con estos patios desde los tres años y todavía estamos dando mal. Pero ¡Ojo! Es que, aunque muchos de nosotros hemos crecido con María Auxiliadora, otros tantos no
lo han hecho, esos otros tantos han llegado de otros lugares, y sin embargo, y ahí va el tercer secreto: Sienten lo mismo.
Nosotros, el equipo de monitores del AJB, hemos crecido, pero
ellos, nuestros chavales, los más pequeños y los más grandes también han
crecido y crecen con nosotros y nosotros con ellos. Y todo gracias a esos patios del colegio María Auxiliadora a esas personas que los ocupan.
Y cuando estos chavales cierren carpeta y borren pizarra y bajen persianas y, si son los últimos, tengan que apagar la luz y cerrar la puerta por última vez. No se acordarán de la página 75 del libro de mates. Se acordarán del corazón. De los patios, del teatro, de los castillos, de las pistas, de los sueños, del "Siempre Alegres" de Don Bosco, del Pozo de Maín, de las personas. Se acordarán de las personas. Eso es lo que nos diferencia a los que pertenecemos a la familia salesiana.
Y cuando estos chavales cierren carpeta y borren pizarra y bajen persianas y, si son los últimos, tengan que apagar la luz y cerrar la puerta por última vez. No se acordarán de la página 75 del libro de mates. Se acordarán del corazón. De los patios, del teatro, de los castillos, de las pistas, de los sueños, del "Siempre Alegres" de Don Bosco, del Pozo de Maín, de las personas. Se acordarán de las personas. Eso es lo que nos diferencia a los que pertenecemos a la familia salesiana.
Y si tú eres de los escépticos, pásate un día. Aunque sea haciéndote el despistado. Porque eso de que la puerta
se cierra por última vez, y aquí está el cuarto secreto, es mentira. La puerta
siempre está abierta para una nueva aventura. En el Centro Juvenil AJB así lo
soñamos, así lo vivimos y así lo transmitimos.
Y damos gracias al
colegio María Auxiliadora Salesianas de Zaragoza y a las personas de todas las edades, género, tamaños, formas, etiquetas y de todos los lugares, sobre todo gracias a las personas por ser tan personas.
No nos hemos confundido, son cinco secretos, te hemos contado cuatro. Somos generosos. El quinto es tú reto, te invitamos a que lo descubras tú.